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Mostrando entradas de mayo, 2018

La crisis venidera

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“ENTONCES el dragón fué airado contra la mujer; y se fué a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo.” Apocalipsis 12:17.  En el cercano futuro veremos cumplirse estas palabras, cuando las iglesias protestantes se unan con el mundo y con el poder papal contra los observadores de los mandamientos. El mismo espíritu que movió a los papistas en siglos pasados, inducirá a los protestantes a seguir una conducta similar hacia aquellos que se mantienen leales a Dios.  La Iglesia y el Estado están haciendo ahora preparativos para el conflicto futuro. Los protestantes están trabajando en forma disfrazada para llevar el domingo al frente, como lo hicieron los romanistas.  En toda la tierra el papado está acumulando sus altas y macizas estructuras en cuyos secretos recintos se han de repetir sus antiguas persecuciones. Y se está preparando el camino para que se manifiesten en gran e

El verdadero valor del dinero.

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El verdadero valor del dinero. Honra a Jehová de tu sustancia, y de las primicias de todos tus frutos; y serán llenas tus trojes con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.Proverbios 3:9, 10.  “Este pasaje de las Escrituras enseña que Dios, como Dador de todos nuestros beneficios, tiene derecho sobre ellos; que debiéramos considerar en primer lugar su derecho; y que descansa una bendición especial sobre los que respetan tal derecho. “El Señor nos ha impartido el más precioso tesoro del cielo al darnos a Jesús. Con él nos ha dado abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos.” “Dios ... confía recursos a los hombres. Él les da el poder de obtener riquezas. “No nos ha sido dado nuestro dinero para que pudiéramos honrarnos y glorificarnos a nosotros mismos. Algunos piensan que sólo pertenece al Señor una porción de sus medios. Cuando han puesto aparte una porción con fines religiosos y caritativos, consideran que el resto les pertenece para usa

Cristo, nuestro sacrificio y garantía.

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Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. 1 Pedro 2:24. Si estuvieras encarcelado por algún crimen que hubieras cometido, habiéndose pronunciado una sentencia de muerte contra ti, y viniere un amigo que te dijera: “Yo tomaré tu lugar y tú quedarás libre”, ¿no se llenaría tu corazón de gratitud por un amor tan abnegado?  Cristo ha hecho infinitamente más que eso por nosotros. Estábamos perdidos; pesaba sobre nosotros la sentencia de muerte; y Cristo murió por nosotros y nos dio la libertad. Él dijo: “Llevaré sobre mí la culpa del pecador para que tenga otra oportunidad.Pondré a su alcance el poder que lo capacite para vencer en la lucha contra el mal”. Imaginémonos, si es posible, la naturaleza y el grado de los sufrimientos de Cristo.  Este sufrimiento en la humanidad debía prevenir el derramamiento de la ira de Dios sobre todos

Recibir el perdón de Dios es recibir la justificación

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“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño”. Salmos 32:1, 2.  Muchos cometen el error de tratar de definir minuciosamente los delicados matices de distinción entre justificación y santificación. Para definir esos dos términos con frecuencia recurren a sus propias ideas y especulaciones.¿Por qué tratar de ser más minucioso de lo que es la inspiración acerca de la cuestión vital de la justificación por la fe?  ¿Por qué tratar de resolver el problema de cada diminuto matiz, como si la salvación del alma dependiera de que todos tengan exactamente su modo de ver este asunto? No todos pueden tener el mismo enfoque. Usted corre el riesgo de hacer un mundo de un átomo y un átomo de un mundo.  Cuando el pecador arrepentido, contrito delante de Dios, discierne la expiación de Cristo en su favor y la acepta como su única esperanza en esta vida y en

Los sentimientos no son evidencia de rechazo.

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Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará. Salmos 145:18, 19.  Quiero llamaros la atención a las preciosas promesas de la Palabra de Dios. Todos los que son hijos de Dios no tienen las mismas capacidades, los mismos temperamentos, la misma confianza y decisión. Me alegro de que nuestros sentimientos no son evidencia de que no seamos hijos de Dios.  El enemigo os tentará a pensar que habéis hecho cosas que os han separado de Dios, y que ya no os ama; pero nuestro Señor todavía nos ama, y esto podemos saberlo por las palabras que ha dejado escritas para casos como éstos. “Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. 1 Juan 2:1. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. 1 Juan 1:9. Dios os ama, y el precioso Salvador, que se ent

Jesús no cambiará por toda la eternidad

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“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”. Hebreos 13:8. EL poder de Cristo, el Salvador crucificado, para dar vida eterna, debe ser presentado al pueblo. Debemos demostrarles que el Antiguo Testamento es tan ciertamente el Evangelio en sombras y figuras, como el Nuevo Testamento lo es poderosamente desarrollado.  El Nuevo Testamento no presenta una religión nueva; el Antiguo Testamento no presenta una religión que haya de ser superada por el Nuevo. El Nuevo Testamento no es más que el progreso y desarrollo del Antiguo. Abel creía en Cristo, y fue tan ciertamente salvado por su poder, como lo fueron Pedro y Pablo.  Enoc fue representante de Cristo tan seguramente como el amado discípulo Juan.  Enoc anduvo con Dios, y ya no fue hallado, porque Dios lo llevó consigo. A él se le confió el mensaje de la segunda venida de Cristo. “De los cuales también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, el Señor es venido con sus santos millares, para

Aquí comienza el cielo.

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¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! Salmos 31:19.  Mientras escribo me invade un profundo sentido de gratitud por el amoroso cuidado que tiene nuestro Salvador para con todos nosotros. Al leer la Palabra de Dios y arrodillarme en oración, me impresiona tanto la bondad y la misericordia de Dios que no puedo ofrecer mi petición sin llorar. Mi corazón se subyuga y quebranta mientras pienso en la bondad y el amor de mi Padre celestial.  Tengo hambre y sed de disfrutar más y más de Jesús en esta vida. Cristo fue crucificado por mí; ¿me quejaré si estoy crucificado con él?  Nunca sentí un deseo más ardiente de poseer la justicia que ahora. En mis horas de oración, la que siempre elevo al cielo es: “Señor, enseña a tu pueblo cómo buscar y salvar las ovejas perdidas”. No sabemos lo que nos depara el porvenir, y nuestra única seguridad consiste en andar con Cris

Jesús nuestro todo

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Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención. 1 Corintios 1:30.  El crecimiento en el conocimiento del carácter de Cristo es lo que santifica el alma.Discernir y apreciar la maravillosa obra de la expiación, transforma al que contempla el plan de salvación.Contemplando a Cristo, se transforma a la misma imagen de gloria en gloria, como por el Espíritu del Señor. La contemplación de Jesús llega a ser un proceso ennoblecedor y refinador... La perfección del carácter de Cristo es la inspiración del cristiano. Cristo nunca debería estar fuera de la mente. El ángel dijo acerca de él: “Llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.Mateo 1:21. Jesús, ¡precioso Salvador! En él se encuentra todo: seguridad, ayuda y paz.  El es quien despeja todas nuestras dudas; las arras de todas nuestras esperanzas. ¡Cuán precioso es el pensamiento de que ciertamente podemos se