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La Crisis Final

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 “Siendo que todo será destruido, ¿qué clase de personas deben ser ustedes en santa y piadosa conducta, esperando y apresurándose para la venida del día de Dios? En ese día los cielos serán encendidos y deshechos, y los elementos se fundirán abrasados por el fuego” (2 Ped. 3:1)  Jesus dijo a sus discípulos, y nos dice a nosotros: “Por tanto, vayan a todas las naciones, hagan discípulos bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado. Y yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mat. 28:19, 20). Esta es la Gran Comisión. Y en muchos sentidos el mensaje de los tres ángeles, con un llamado a “toda nación y tribu, lengua y pueblo” (Apoc. 14:6), es simplemente la “verdad presente” (2 Ped. 1:12) de la Gran Comisión.  Apocalipsis 14:6  6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengu...

Los días finales

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 La caída del hombre llenó todo el cielo de tristeza... Los ángeles suspendieron sus himnos de alabanza. Por todos los ámbitos de los atrios celestiales, había lamentos por la ruina que el pecado había causado. El Hijo de Dios, el glorioso Soberano del cielo, se conmovió de compasión por la raza caída. Una infinita misericordia conmovió su corazón al evocar las desgracias de un mundo perdido. Pero el amor divino había concebido un plan mediante el cual el hombre podría ser redimido. La quebrantada ley de Dios exigía la vida del pecador. En todo el universo solo existía uno que podía satisfacer sus exigencias en lugar del hombre. Puesto que la ley divina es tan sagrada como el mismo Dios, solo uno igual a Dios podría expiar su transgresión. Ninguno sino Cristo podía salvar al hombre de la maldición de la ley, y colocarlo otra vez en armonía con el Cielo. Cristo cargaría con la culpa y la vergüenza del pecado, que era algo tan abominable a los ojos de Dios que iba a separar al Padre ...

Los Estados Unidos en la profecía

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“Fue abierto el templo de Dios en el cielo, y fué vista en su templo el arca de su pacto.” Apocalipsis 11:19  El arca del pacto de Dios está en el lugar santísimo, en el segundo departamento del santuario. En el servicio del tabernáculo terrenal, que servía “de mera representación y sombra de las cosas celestiales,” este departamento sólo se abría en el gran día de las expiaciones para la purificación del santuario. Por consiguiente, la proclamación de que el templo de Dios fué abierto en el cielo y fué vista el arca de su pacto, indica que el lugar santísimo del santuario celestial fué abierto en 1844, cuando Cristo entró en él para consumar la obra final de la expiación. Los que por fe siguieron a su gran Sumo Sacerdote cuando dió principio a su ministerio en el lugar santísimo, contemplaron el arca de su pacto. Habiendo estudiado el asunto del santuario, llegaron a entender el cambio que se había realizado en el ministerio del Salvador, y vieron que éste estaba entonces ofi...

Sólo una luz para iluminar la senda

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Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. Proverbios 4:18. El amor de Cristo en el corazón, que revela por medio de la vida su maravilloso poder, es el mayor milagro que puede realizarse ante el mundo caído y contencioso. Tratemos de obrar este milagro, no con nuestro propio poder sino en el nombre del Señor Jesucristo, de quien somos y a quien servimos. Llenémonos de Cristo, y el poder milagroso de su gracia será tan plenamente revelado en la transformación del carácter que el mundo se convencerá de que Dios envió a su Hijo al mundo para que los hombres sean como ángeles en carácter y vida.  Los que verdaderamente creen en Cristo se sientan junto a El en los lugares celestiales. Aceptemos la insignia del cristianismo. No es un distintivo externo, no es usar una cruz o una corona, sino algo que revela la unión del hombre con Dios. Despojérnonos “del viejo hombre con sus hechos, y... revestido del nuevo, el cual conforme ...

Entendamos la naturaleza humana

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La tensión inicial que produjo la afirmación de Dios: "Ciertamente morirás" (Gén. 2:17, NVI) y la negación de Satanás: "No es cierto, no van a morir" (Gén. 3:4; cf. Apoc. 12:9), se extendió mucho más allá del Jardín de Edén, hasta los confines de la historia humana. Incontables voces alrededor del mundo se han hecho eco de la teoría de que todo ser humano tiene un cuerpo mortal con un alma inmortal, espíritu o energía divina que permanece consciente después de la muerte. Por el contrario, pocos mantienen la visión holística de la naturaleza humana que niega cualquier entidad consciente sobreviviente. Estos puntos de vista opuestos han polarizado la comprensión de la muerte y distorsionado todo el plan de salvación, incluyendo el proceso del juicio divino. En este capítulo revisaremos los errores doctrinales sobre Ja naturaleza humana que han dado forma a los puntos de vista del£ristian¡smo moderno. Después, dirigiremos nuestra atención a algunos pasajes bíblicos cru...

Los misterios de la Biblia como prueba de su inspiración.

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     Mar Cantábrico - Santander  “¿Alcanzarás tú el rastro de Dios?   ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?”   “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.   Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”   “Yo soy Dios, y no hay más Dios, y nada hay a mí semejante; que anunció lo por venir desde el principio, y desde antiguo lo que aun no era hecho.”   Job 11:7 ;  Isaías 55:8, 9 ;  46:9, 10 .   Es imposible para las mentes finitas de los hombres comprender plenamente el carácter o las obras del Infinito.   Aun para el intelecto más aguzado, para la mente más poderosa y altamente educada, este Ser santo debe permanecer siempre vestido de misterio. El apóstol Pablo exclama: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!   ¡Cuán i...