Mira, cree y vive.



Sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. 1 Pedro 1:5.

Los que dependen de su propia justicia en lugar de confiar en la justicia de Cristo, perderán el premio; serán pesados en las balanzas del santuario y serán hallados faltos. Que todos los que se esfuerzan por alcanzar la preciosa bendición de la vida eterna desconfíen de sus propias fuerzas y, con mucha oración, coloquen sus almas impotentes sobre Cristo.

 Se escudriña muy poco la Palabra de Dios para encontrar una dirección definida en el camino de la vida. La mayoría de los que profesan creer en Cristo poseen únicamente ideas artificiales acerca de lo que constituye el carácter cristiano... No se engañen con la idea de que su propia justicia inherente los pondrá en armonía con Dios.

No dejen de verse como pecadores a la vista de Dios. No dejen de mirar a Cristo levantado sobre la cruz; y mientras lo contemplan, crean y vivan; porque mediante la fe en el sacrificio expiatorio pueden ser justificados por la redención que es en Cristo Jesús. Crean que están perdonados, que están justificados, no en transgresión y desobediencia, sino en sumisión a la voluntad de Dios.

Si por fe se apropian de la justicia de Cristo, entonces no sean descuidados acerca de sus pensamientos, sus palabras y sus obras. Estudien mucho, y oren para que así como Cristo les ha mostrado el camino, también los mantenga en el camino por su gracia.

Porque somos “guardados por el poder de Dios mediante la fe”; y ni siquiera esta fe es de nosotros, porque es el regalo de Dios.

Para que puedan crecer en la gracia y en el conocimiento de Cristo, es indispensable que mediten mucho acerca de los grandes temas de la redención. Deberían preguntarse por qué Cristo tomó la humanidad sobre sí mismo, por qué sufrió sobre la cruz, por qué llevó sobre sí los pecados de la humanidad, por qué fue hecho pecado y justicia por nosotros.

 Deberían estudiar para comprender por qué ascendió a los cielos con la naturaleza humana, y en qué consiste el trabajo que realiza actualmente en favor de nosotros.

Si ustedes se acostumbran a pensar en Cristo, y en su obra y carácter, serán inducidos a cavar profundo en la veta de la verdad, y serán hechos aptos para poseer sus preciosas joyas.Mediante la apreciación del carácter de Cristo y la comunión con Dios, el pecado llegará a serles odioso.

A medida que mediten en las cosas celestiales y caminen con Dios, como lo hizo Enoc, se desprenderán de todo peso, y del pecado que los asedia tan fácilmente, y correrán con paciencia la carrera que está delante de ustedes... Nuestro edificio debe estar cimentado sobre la roca de Cristo Jesús o no pasará la prueba de la tempestad.

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