El desafío de las dificultades.

Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procuraran entrar, y no podrán. Lucas 13:24.





Una puerta estrecha significa una puerta por la que resulta difícil entrar. Mediante esta ilustración, Cristo mostró cuán difícil es que los seres humanos dejen el mundo y sus atracciones para obedecer sinceramente y con amor los mandamientos de Dios. Es fácil entrar por la puerta ancha. No exige las restricciones que causan dolor al corazón humano.

La abnegación y el sacrificio no se ven en el camino ancho. En él, el apetito depravado y las inclinaciones antinaturales encuentran amplio lugar. En él, se ven complacencia propia, orgullo, envidia, malas conjeturas, amor al dinero y exaltación personal.

Cristo dijo: “Esforzaos a entrar”. Debemos sentir nuestra constante dependencia de Dios, y la gran debilidad de nuestra sabiduría y juicio y poder, y luego depender enteramente del que venció al enemigo por nosotros, porque él se compadeció de nuestra debilidad y sabía que seríamos vencidos y pereceríamos, si no acudía en nuestra ayuda... No penséis que podéis ganar la recompensa eterna mediante esfuerzos fáciles o comunes. Tenéis un enemigo astuto tras vuestros pasos.

“Al que venciere le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.Apocalipsis 3:21. Esta es la lucha para vencer como Cristo ha vencido. Su vida de tentación, pruebas, luchas y conflictos, está delante de nosotros para que la imitemos.

 Podemos hacer esfuerzos con nuestro propio poder, pero no tendremos éxito.Pero cuando caemos desvalidos, sufrientes y necesitados sobre la Roca de Cristo, sintiendo íntimamente que nuestra victoria depende de sus méritos, que todos nuestros esfuerzos, sin la ayuda especial del gran Vencedor, no servirán de nada, entonces Cristo envía a cada ángel de gloria a rescatarnos del poder del enemigo para que no caigamos.


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