Cuando los ángeles cantaron: “gloria a Dios en las alturas”.

Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!Lucas 2:13, 14. 


Les ruego, mis hermanos y hermanas, que hagan... de laNavidad una bendición para ustedes y para los demás. El nacimiento de Jesús... fue celebrado por las huestes celestes. Los ángeles de Dios, con laapariencia de una estrella, condujeron a los magos en su misión de buscar a Jesús.

 Vinieron con regalos y ofrendas valiosas de incienso y mirra, para rendir tributo al infante Rey predicho en laprofecía. Los magos siguieron, con seguridad y con gran gozo, a los brillantes mensajeros. 

Los ángeles... aparecieron a los humildes pastores que en la noche cuidaban los rebaños en los campos de Belén. Primero les apareció un ángel vestido con la panoplia celestial; y fue tal la sorpresa y el terror de los pastores que sólo atinaron a contemplar con indescriptible asombro la maravillosa gloria del visitante celestial. 

El ángel del Señor vino y les dijo: “No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor”Lucas 2:10, 11

Ni bien los ojos de ellos se acostumbraron a la gloriosa presencia de aquel ángel, he aquí, ¡toda la planicie fue iluminada con la deslumbrante gloria de una multitud de ángeles que pobló los llanos de Belén! 

El ángel calmó los temores de los pastores antes de que abrieran sus ojos para contemplar a la hueste celeste, que alababa a Dios y decía: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” 

Entonces los oídos mortales escucharon la melodía del cielo, y el coro celeste regresó al cielo mientras concluía aquel himno memorable. 

La luz se extinguió y las sombras de la noche cayeron de nuevo sobre las colinas y las llanuras de Belén; pero quedó en los corazones de los pastores el cuadro más brillante que ojos mortales hayan visto alguna vez, y la bendita promesa y certeza del advenimiento del Salvador de los hombres a nuestro mundo, que llenó los corazones de alegría y gozo, mezclados con la fe y el maravilloso amor a Dios.

Los que aman a Dios debieran sentirse profundamente interesados por los niños y los jóvenes.

 A ellos, Dios puede revelarles su verdad y salvación. Jesús llama los corderos de su rebaño a los pequeños que creen en El. El siente un amor e interés especiales por los niños.

La ofrenda más preciosa que los niños pueden entregar a Jesús es la frescura de su infancia.


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