Señales de la segunda venida de Cristo.

Mateo 24. 

Terremotos e inundaciones



El enemigo ha trabajado y todavía sigue trabajando. Ha descendido con gran poder, y el Espíritu de Dios se está retirando de la tierra. Dios ha retirado su mano. 

La corteza terrestre se rasgará a causa de las erupciones de los elementos ocultos en sus entrañas. 

Estos elementos, una vez desatados, barrerán los tesoros de aquellos que por años han estado aumentando sus riquezas al obtener de sus empleados grandes posesiones a precios de hambre. Y también el mundo religioso será terriblemente sacudido, porque el fin de todas las cosas está cercano.

Ya ha llegado el tiempo en que en un momento podremos estar pisando tierra firme, y en el siguiente la tierra estará moviéndose debajo de nuestros pies. Ocurrirán terremotos cuando menos se los espere.

En incendios, inundaciones, terremotos, en la furia de las grandes profundidades, en calamidades por mar y tierra, se da la advertencia de que el Espíritu de Dios no contenderá para siempre con el hombre.

Antes de que el Hijo del hombre aparezca en las nubes del cielo todo estará convulsionado en la naturaleza.Rayos del cielo unidos con el fuego interno de la tierra harán que las montañas ardan como un horno y que hagan fluir sus torrentes de lava sobre aldeas y ciudades. 

Masas de rocas derretidas, arrojadas dentro del agua por el solevantamiento de cosas ocultas dentro de la tierra, harán que hierva el agua y despida rocas y tierra. Habrá formidables terremotos y gran destrucción de vidas humanas.

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