Ferviente comunión con Dios



Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón: sí, espera a Jehová. Salmos 27:14. 



“Se está apoderando del mundo un afán nunca visto. En las diversiones, en la acumulación de dinero, en la lucha por el poder, hasta en la lucha por la existencia, hay una fuerza terrible que embarga el cuerpo, la mente y el alma. En medio de esta precipitación enloquecedora, habla Dios. Nos invita a apartarnos y tener comunión con él. ‘Callad, y sabed que yo soy Dios.’ Salmos 46:10. 

“Muchos aun en sus momentos de devoción, no reciben la bendición de la verdadera comunión con Dios. Están demasiado apremiados.

 Con pasos presurosos penetran en la amorosa presencia de Cristo y se detienen tal vez un momento, mas no esperan consejo. No tienen tiempo para permanecer con el divino Maestro. Vuelven con sus preocupaciones al trabajo.

“Nuestra necesidad no consiste en detenernos un momento en su presencia, sino en tener relación personal con Cristo, sentarnos en su compañía.”—La Educación, 254.

“Podemos llevarle nuestros pequeños problemas y perplejidades tanto como nuestras preocupaciones mayores. Cualquier cosa que nos turbe o aflija debemos llevar al Señor en oración.”

“Si mantenemos al Señor siempre delante de nosotros ... tendremos una frescura perdurable en nuestra experiencia religiosa.

 Nuestras oraciones tomarán la forma de una conversación con Dios, como si habláramos con un amigo.... A menudo nos vendrá un dulce y gozoso sentimiento de la presencia de Jesús.”— FV 227.6

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