La doctrina del Santuario

 El santuario terrenal echado por tierra

En el Antiguo Testamento vemos que el imperio de Babilonia echó por tierra el santuario terrenal tal como estaba predicho en Jeremías 25:11-12; 29:10, pero también estaba predicho que después de 70 años el pueblo de Israel sería librado para que pudieran ir a reconstruir el santuario.

También estaba predicho en Isaías 44:28; 45:1-3 que Ciro iba a ser quien dejara libre al pueblo de Israel para que vaya a restaurar el santuario.

Es en Esdras 1:1-4 que vemos que esta profecía se cumple cuando Ciro, entonces rey de Persia, da el decreto para que el pueblo de Israel salga libre a restaurar el santuario. ¡Qué impresión habrá tenido Ciro cuando el profeta Daniel le mostró que todo lo que había de acontecer ya estaba escrito hace 100 años antes de que Ciro naciera! Es por la influencia de Daniel que Ciro, al ver las Escrituras, da un decreto en el 536 aC para liberar a los judíos y restaurar el templo de Jerusalén – el santuario terrenal.

Ciro da fin a los 70 años de cautiverio profetizados por Jeremías.

En Esdras 2:64 vemos que 42,360 hombres, sin contar siervos y siervas, salen unidos para reconstruir el santuario terrenal.

En Esdras capítulo 4 vemos que los enemigos paganos de Judá al escuchar que los israelitas están reconstruyendo el Templo, ellos deciden mandan una carta al rey Artajerjes donde argumentan que los israelitas estaban reconstruyendo la ciudad de Jerusalén. Lo cual era mentira, pues ellos estaban reconstruyendo el santuario, no la ciudad. Entonces, por la intimidación de los enemigos paganos, se paraliza la reconstrucción del santuario terrenal.

Como el pueblo de Israel decide parar la reconstrucción del santuario, y en vez de hacerlo deciden reconstruir sus propias casas, Dios manda a dos profetas: Hageo y Zacarías (Hageo 1:3-4).

En el capítulo primero de Hageo vemos que, como los israelitas dejaron de reconstruir el santuario terrenal, les viene la pobreza, el hambre y la sequía – es decir la maldición.

En el capítulo primero de Hageo vemos que, como los israelitas dejaron de reconstruir el santuario terrenal, les viene la pobreza, el hambre y la sequía – es decir la maldición.

En el capítulo segundo de Hageo vemos que Dios les da una gran promesa, que si ellos deciden restaurar el santuario terrenal, desde ese mismo momento vendría la bendición de Dios.

El santuario celestial echado por tierra

Esta historia del santuario terrenal era una lección profética para nosotros hoy en día.

Así como la profecía de Jeremías indicaba que Babilonia echaría por tierra el santuario terrenal, la profecía de Daniel 8:11 declaró que el Santuario Celestial sería también echado por tierra, solo que esta vez por la Babilonia espiritual – el cuerno pequeño.

Y así como la profecía de Jeremías indicaba que el santuario terrenal estaría en ruinas por 70 años, la profecía de las 2,300 tardes y mañanas de Daniel 8:14 indicaba que el Santuario Celestial iba a permanecer en ruinas hasta el 22 de Octubre de 1844 (10 de mes séptimo del calendario bíblico).

Fue a partir de 1844 que la verdad acerca del Santuario Celestial fue revelada y fue dada como responsabilidad al Israel espiritual – al pueblo adventista del séptimo día.

Pero así como en el tiempo del profeta Hageo, cuando el pueblo de Israel, a pesar de que fue liberado para restaurar el santuario, y en cambio ellos prefirieron dedicarse a otras cosas, el pueblo Adventista hoy en día está más preocupado en discutir sobre otros asuntos, en lugar de terminar la restauración del Santuario Celestial que el cuerno pequeño echó por tierra.


¿Qué tan importante es la doctrina del Santuario?


Ev pg. 165.1 – “La correcta comprensión del ministerio del santuario celestial es el FUNDAMENTO DE NUESTRA FE.”


Ev pg. 165.2 – “El pueblo de Dios debería comprender claramente el asunto del santuario y del juicio investigador. Todos necesitan conocer por sí mismos el ministerio y la obra de su gran Sumo Sacerdote. De otro modo, les será imposible ejercitar la fe tan esencial en nuestros tiempos, o comprender claramente el asunto del santuario y del juicio investigador. Todos necesitan conocer por sí mismos el ministerio y la obra de su gran Sumo Sacerdote. De otro modo, les será imposible ejercitar la fe tan esencial en nuestros tiempos, o desempeñar el puesto al que Dios los llama. Cada cual tiene un alma que salvar o perder. Todos tienen una causa pendiente ante el tribunal de Dios. Cada cual debería encontrarse cara a cara con el gran Juez. ¡Cuán importante es, pues, que cada uno contemple a menudo de antemano la solemne escena del juicio, cuando con Daniel, cada cual tendrá que estar en pie al fin de los días!”

CS pg. 542, 543 – “El santuario en el cielo es el centro mismo de la obra de Cristo en favor de los hombres. Concierne a toda alma que vive en la tierra. Nos revela el plan de redención, nos conduce hasta el fin mismo del tiempo y anuncia el triunfo final de la lucha entre la justicia y el pecado.”

Ev pg. 166.2 – “Como pueblo, debemos ser estudiantes fervorosos de la profecía; no debemos descansar hasta que entendamos claramente el tema del santuario, que ha sido presentado en las visiones de Daniel y de Juan.”

Ev pg. 166.3 – “El pueblo de Dios ha de tener ahora sus ojos fijos en el santuario celestial, donde se está realizando el servicio final de nuestro gran Sumo Sacerdote en la obra del juicio: donde él está intercediendo por su pueblo.”

Ev pg. 167.2 – “El enemigo presentará falsas doctrinas, tales como la doctrina de que no existe un santuario. Este es uno de los puntos en los cuales algunos se apartarán de la fe.”

EUD pg. 54.1 – «La Iglesia Adventista del Séptimo Día debe ser pesada en la balanza del Santuario. Será juzgada conforme a las ventajas que hayan recibido. Si su experiencia espiritual no corresponde a los privilegios que el sacrificio de Cristo le tiene asegurados; si las bendiciones conferidas no la capacitaron para cumplir la obra que se le confió, se pronunciará contra ella sentencia: ‘Hallada falta.’ Será juzgada según la luz y las ocasiones que le fueron deparadas.»

La doctrina del Santuario es tan importante que en el Antiguo Testamento los libros de Éxodo, Números, Levítico hablan extensamente del santuario terrenal y sus servicios. El Antiguo Testamento los libros de Éxodo, Números, Levítico hablan extensamente del santuario terrenal y sus servicios. El santuario aparece también en varios Salmos de David. El santuario es parte central de la historia en varios libros de Crónicas, Reyes, Hageo, Jeremías, Daniel, entre otros.

La doctrina del Santuario es tan importante que sirve como reloj profético para las profecías tanto en el libro de Daniel como de Apocalipsis; profecías que abarcan hasta nuestro tiempo y aún hasta el fin del mundo.

La doctrina del Santuario es tan importante que el apóstol Pablo, quien escribió más de la mitad del Nuevo Testamento, dedicó todo un Libro – el libro de Hebreos – a la doctrina del Santuario Celestial y del Ministerio Sacerdotal Celestial de Cristo.

La doctrina del Santuario es tan importante que la hermana Ellen G. White escribió todo un libro «Cristo en Su Santuario» sobre el Santuario Celestial y el Ministerio Sacerdotal Celestial de Cristo.

En el atrio del santuario se encuentra el Evangelio en símbolos.

El santuario nos muestra que no se puede desligar el Evangelio de la Ley ni la Ley del Evangelio.

El santuario nos lleva a la verdad del Sábado.

El santuario nos enseña acerca de la naturaleza del hombre, lo cual está íntimamente ligado al mensaje del Testigo Fiel a la iglesia de Laodicea. No se puede comprender la amonestación del Testigo Fiel desligada de la naturaleza del hombre.

El santuario nos enseña sobre la justificación, la santificación y el Espíritu Santo bajo la forma de lluvia temprana y lluvia tardía.

El santuario nos enseña la diferencia entre aceptación/justificación y el perdón

El santuario nos enseña acerca del Servicio Diario, del período de pruebas con tiempo y del gran Día del Juicio.

El santuario es el reloj profético que nos lleva al fin de la obra intercesora de Cristo, pero también al fin del pecado.

Cuán importante es pues entender la doctrina del Santuario.


Amén. Que la gracia del Señor sea con todos vosotros

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