
Cristo tiene poder para nosotros. Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. Colosenses 2:10. Hemos de vivir bajo los rayos templados y suaves del Sol de justicia. Nada sino su amorosa compasión, su gracia divina, su excelso poder, pueden capacitarnos para frustrar al implacable enemigo y dominar la oposición del corazón humano. ¿Cuál es nuestra fortaleza? El gozo del Señor. Dejemos que el amor enternecedor de Cristo colme el corazón y seamos suavizados y subyugados, preparados para recibir el poder que él tiene para nosotros. Agradezcamos a Dios todos los días por las bendiciones que nos da. Si el agente humano se humilla ante Dios, reconociendo cuán impropio es abrigar sentimientos de autosuficiencia, reconociendo su total incapacidad para hacer la obra que es necesario realizar a fin de que su alma sea purificada, desechando su propia justicia, Cristo grabará su propia imagen en su alma. Aplicará su mano a la tarea ...